miércoles, 9 de octubre de 2013

EXPERIMENTOS CON HUEVOS

- ¿Cómo podemos distinguir un huevo cocido de uno crudo?. Pregunta la seño.
- ¡Pesa más!, dice uno.
- Está roto, añade otro (seguro que en casa ha visto como alguno de esos huevos que cuecen los papás ha salido rajado por la acción del calor; pero no, la seño lo coció con mucho cuidado para que nada en su exterior delatara la respuesta que en la GRAN asamblea propusimos a nuestro curioso público).

Bueno, es algo muy sencillo, tenemos dos formas muy claras para distinguirlos. ¿Queréis que os las contemos?. Nosotros lo hemos practicado en el cole y nos ha gustado mucho. Ha sido muy curioso ¡y se ve tan claramente!.

- En primer lugar si hacemos girar un huevo cocido gira rápido y durante mucho tiempo. En cambio, un huevo crudo lo hace más despacio y durante un tiempo menor. Esto es debido a que el huevo duro gira como un todo y el crudo al tener líquido dentro hace que se retarde y se frene.

- Otra forma de saber si un huevo está cocido o crudo es tocarlo mientras está girando. Si se para definitivamente al tocarlo es cocido, si sigue girando después de dejar de tocarlo es crudo, y esto es porque el líquido que tiene en su interior, y que no podemos tocar, sigue girando en su interior.

Aquí nuestro expectante público y haciendo girar los huevos para comprobar cómo se comportan.



Como no hicimos ningún vídeo os dejamos éste, donde se ve exactamente igual que en el cole.


 

Luego hemos preguntado si un huevo crudo flotaría o se hundiría en un vaso de agua. Como no estaba muy claro, hemos hecho una votación y por mayoría se ha quedado que un huevo crudo flota si se mete en el agua. Bueno, y el cocido, ¿flotará o se hundirá?...

Para comprobarlo nada mejor que experimentar y para ello hemos necesitado:
- Vasos con agua.
- Un huevo crudo y otro cocido.

Al meter el huevo crudo en el agua... ¡se ha hundido!, ¡hasta el fondo!... pues entonces el cocido flota, han dicho algunos de nuestros intrépidos científicos. Pero cualquier científico que se precie tiene que demostrarlo así que hemos metido el huevo cocido en agua y ¿sabéis lo que ha pasado?, pues que también se ha hundido.




¿Por qué será?. Para explicarlo tenemos que hacer un experimento más. Y para éste necesitamos:
- Tres vasos.
- Tres huevos.
- Agua.
- Sal.
Y hemos procedido de la siguiente manera:
-Hemos añadido agua a los vasos hasta las 3/4 partes.
-Hemos metido un huevo en cada vaso y hemos comprobado que se han hundido los tres. Luego con mucho cuidado hemos añadido sal al vaso que estaba en medio hasta que el huevo a comenzado a flotar (en este momento a todos nuestros pequeños científicos se le ilumina la cara con una sonrisa) y luego, en el último vaso hemos añadido aún más sal, hasta que el huevo se ha quedado flotando en la superficie (en este momento aplausos, abrazos, gritos de alegría y otras manifestaciones de sorpresa y emoción han inundado el aula).

En fín, hemos planteado preguntas, ellos han dado sus respuestas, hemos seguido experimentando, moviendo la sal de los vasos para ver lo que ocurría, empujando los huevos que flotaban hacia abajo, añadiendo agua a los vasos que tenían sal... y hemos pasado un ratito la mar de divertido.

Pero os preguntaréis: ¿qué ha sucedido con la sal, el huevo y el agua?. Pues os lo vamos a explicar.
Lo que ha pasado es que al añadir sal al agua, el agua se ha hecho más densa, es decir, el agua con la sal es más "pesada" que el huevo, es como si fuera más fuerte y puede sujetarlo sin problema evitando que se hunda.
Eso quiere decir que antes de añadir la sal, el agua no era lo suficientemente densa como para "sujetar" al huevo y por eso se va hacia el fondo.








 Y con el huevo duro que nos ha quedado ¿qué podemos hacer?... ¡ah, ya, un truco!: ¿cómo pelar un huevo duro en pocos segundos y sin problemas?... Os lo contaremos a todos: tan solo hay que quitar un poco de cáscara en los extremos del huevo y soplar por uno de ellos. ¡así de sencillo!. Pero hay que soplar muy fuerte, nuestro amigo Pablo lo ha intentado pero al final le ha tenido que ayudar la seño... y la seño sopla super fuerte porque el huevo ha salido disparado.





 Para terminar y como ya teníamos el huevo pelado y todo nos hubiese gustado hacer un último experimento. Consiste este experimento en meter el huevo dentro de una botella, sin tocarlo ni romperlo, claro está. Pero como no hemos encontrado ninguna botella con la boca un poco ancha nos hemos tenido que conformar con la explicación, aunque el vídeo nos lo muestra muy bien.
Necesitaríamos:
- Una botella de cristal cuya boca sea algo menor que el tamaño de un huevo.
- Un huevo cocido y pelado (aunque si queréis practicarlo en casa también serviría un globo relleno de agua de un tamaño algo mayor que la boca de la botella de cristal).
- Una cerilla.
Instrucciones:
El adulto enciende la cerilla y la introduce en la botella de cristal. Seguidamente coloca el huevo duro sobre la boca de la botella para taparlo. Espera unos segundos y comprueba como funciona.

¿Queréis verlo?

1 comentario:

  1. Enhorabuena por esta magnífica experiencia para todos. Paula llegó emocionada y tuvimos que experimentar en casa. Gracias por estos momentos y por todo el trabajo que hacéis día a día. Papas de Paula Díaz.

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